miércoles, 24 de noviembre de 2010

El otoño

Los edificios ya no son amarillos, los árboles perdieron el verde y las motos son todas iguales. Todo es gris. Los motoristas se protegen del frío, encogen el cuello y resguardan la mano izquierda. Los árboles de Hoang Dieu pierden las hojas que vuelan por última vez. Los policías intentan ordenar el caos haciendo señales en el cruce de Dien Bien Phu. En el cruce del Templo de la Literatura, los desesperados atajan subiéndose por la acera. Todos corren, aunque no saben por qué.

Corriendo por la mañana a la oficina. Volando por la noche a casa. Siempre con la cabeza gacha.

A mí también me llegó el otoño.

1 comentario:

  1. ¡Cuánta melancolía/tristeza transmite!

    Los gestos ayudan... ¡Levantar la cabeza! Que, el viento helado en la cara, despeje la mente para disipar el gris, y ver más allá, y apreciar con los contrastes, la belleza de lo que se nos brinda gratuitamente cada día.

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