lunes, 18 de abril de 2011

Otra demostración de fuerza

Sábado por la mañana. Nos levantamos con cierta pereza, pues tocaba mudanza, a la vez que con una sensación de alivio, escapábamos de los ruidos que hasta ese mismo día nos habían despertado de nuevo a las 6:30.

A las 9 un camión y dos trabajadores vendrían a nuestra casa a ayudar a cargar muebles, maletas y demás objetos que acumulas sin darte cuenta. Me había imaginado que llegarían dos hombres grandotes, con manos enormes y fuertes brazos. ¿En qué estaba pensando?, ¿cuántos de esos había visto hasta entonces en Vietnam?. Mis infundadas expectativas me llevaron a quedarme con cara de pava cuando al abrir la puerta me encontré con un chico y una chica, posiblemente su novia, que debía medir 1.50 y pesar la mitad que yo. Mientras yo me ponía a pensar cómo se decía en vietnamita "demasiado pesado", ella, sin dudarlo ni un segundo empezó a correr de un lado a otro y a cargar con cajas, perchas, cuadros, etc.

(Una vez más reafirmaba mi profundo respecto y admiración por las mujeres trabajadoras vietnamitas. Además de trabajar duro en el campo es muy habitual verlas en las cuadrillas de la construcción o cargando los camiones de la basura).

La mudanza terminó con Carlos metido plenamente en el papel de xe om (taxi moto). Con la ayuda de nuestro xe om de confianza, anh Toan, amarró una planta de un tamaño considerable en la grupa de la moto y la llevó hasta la nueva casa.




Hasta lueguito Xuan Dieu,




nos movemos a Lang Yen Phu

martes, 12 de abril de 2011

Un paseo por West Lake

Los apartamentos de lujo van expandiéndose a las orillas de Ho Tay (lago del Oeste). Cada día el número de motos que lo recorren se multiplica. Aun así, en un paseo matutino aún descubres el ritmo pausado de algunas aficiones vietnamitas.


sábado, 9 de abril de 2011

El adivino aliado

Nos mudamos. Cansados de que nuestro despertador fuera un martillo mecánico o en su defecto una radial, que trabajaba desde el amanecer en una obra al lado de nuestra casa, y al darnos cuenta de que otra cuadrilla se instalaba para iniciar una nueva construcción en un pequeño hueco que quedaba vacío en la pequeña calle donde vivimos, decidimos cambiar de casa. No creáis que tenemos mala suerte, no es eso, es que Hanoi está en su momento ladrillo y destruir/ampliar la casa dos pisos/edificar está a la orden del día. Ahora sólo nos queda rezar para que no se repita la historia en el nuevo destino.

Una vez tomada la decisión, el siguiente paso era hablar con la dueña, claramente la que corta el bacalao en la pareja. Los encuentros previos presagiaban que no sería nada fácil que llegáramos a un acuerdo amigable en temas de dinero. Como no habla ni papa de inglés, le pedimos al chico de la inmobiliaria que nos ayudara a negociar con ella. Un día después teníamos la respuesta: "sin problema, nos devolvía el depósito y si nos íbamos antes nos devolvería el mes que ya habíamos pagado". ¿Cómo?. No puede ser. ¿Habremos tenido otro de los problemas habituales de comunicación?. Para evitar malentendidos quedamos en vernos y llegar al acuerdo final.

Para tomar las cosas con calma y darle más tiempo para alquilarlo le ofrecí poner término al contrato no en 10 sino en 15 días. No puede ser me respondió, tenía que ser en 9 días. En estos momentos ya estaba perdida del todo. Sonrió ante mi cara de sorpresa y mirando a nuestro intermediario le pidió que me explicara la razón: "Disculpa Carmen, debe ser el próximo Domingo, su adivino les ha dicho que deben trasladarse a esta casa el 17 de Abril".
Un hurra por el adivino aliado!.