lunes, 28 de febrero de 2011

Lecturas del Este, del Oeste, de las revoluciones y el correr

Hoy toca un popurrí.

Cómo no, un artículo sobre las revoluciones en el mundo árabe en el que un analista internacional muy conocido explica, a posteriori, por qué sus predicciones erraron completamente. Interesante, a pesar de la obcecación del analista.

Análisis sobre las reacciones en China a lo que ocurre en el mundo árabe. Me habría gustado escribir sobre Viet Nam, pero no encuentro nada. Seguro que no están tranquilos.

Muy lejos de Viet Nam, pero muy cerca de mi corazoncito, queda Nicaragua. Daniel Ortega quiere cumplir más años como candidato del FSLN que Gadafi como Jefe de Estado (el periodista, Carlos Salinas, es un tipo muy agradable y razonable). Se presenta de nuevo como candidato, aunque la Constitución lo prohíbe.

Otra columna de Martin Wolf: la crisis nos catapultó hacia el futuro.

Porque no solo de columnas aburridas vivimos, os paso un artículo sobre los beneficios del deporte (extremo) para la salud. La conclusión: no sabemos casi nada, pero mejor pasarse que no levantarse del sofá.

miércoles, 23 de febrero de 2011

¡Achís!, a-choo! o hak-shun

Hoy he aprendido, por fin, que cuando alguien estornuda en Vietnam debo responder cơm muối, que signica arroz y sal. ¡Qué pragmáticos son! Comer, eso es lo que realmente necesitamos, deben de pensar los vietnamitas. Luego he visto que hay otra posible respuesta, similar a las de otros idiomas, sống lâu, que literalmente significa, larga vida.

Se me ha ocurrido que quizás las distintas respuestas-deseos a los achís, a-choo (la onomatopeya del estornudo inglés) o hak-shun (en japonés) guarden relación con nuestras distintas filosofías vitales. O, por el contrario, culturas muy distintas entendieron el estornudo de la misma manera y todos, a pesar de nuestras diferencias culturales, respondemos más o menos igual. Vosotros diréis qué os parece.

España: Jesús

America Latina: Salud

Inglés: God bless you

Alemán: Gesundheit (salud)

Italiano: Felicitá

Francés: A tes/vos souhaits (a tu salud)

Vietnamita: Arroz y sal (al igual que ocurre en chino, no es tan habitual recibir esta respuesta como en países europeos o latinoamericanos)

Chino: Yì bǎi suì (100 anos de edad, aunque wikipedia dice que no se espera respuesta)

Hindi: Hari Om o Satyam (mantras que hacen referencia a la Verdad y a Dios)

Más respuestas en wikipedia

Algunas explicaciones del origen de nuestras respuestas

Mientras investigaba, he dado con esta entrevista que responde, parcialmente, a mi pregunta inicial. Al menos para romanos y griegos el estornudo era un buen presagio. Así que no tengáis reparos en estornudar, porque significa que los dioses están con vosotros, en España o en la India.

viernes, 18 de febrero de 2011

Cisnes salvajes (Wild swans) de Jung Chang

Durante las vacaciones del Tét devoré este libro de más de 600 páginas, atrapado por sus historias. Quizás la que menos me interesó fue la que da título al libro, la de las tres cisnes salvajes: abuela, madre y nieta. Sin embargo, me enamoraron las continuas referencias a las sorprendentes costumbres chinas sutilmente identificadas por una china que vive en Londres desde hace tres décadas y, por tanto, conoce qué contrastes debe subrayar. Desde la perspectiva de su historia, no obstante, esas referencias pueden parecer demasiado pedagógicas, alejadas del tono de una novela. Precisamente esa es la debilidad, y la virtud, de un libro que encierra una novela familiar, un libro de historia y un compendio de costumbres y tradiciones chinas. El todo, creo yo, es inferior a la suma de las partes. Pero cada libro dentro del libro, merece muchísimo la pena.

Al terminar el libro me quedé con una sensación de lejanía hacia la protagonista, Jung Chang. Me sentía mucho más cercano a su madre o a su padre, posiblemente el personaje más interesante de la novela. Se me ocurren dos razones que expliquen esto. O me estoy haciendo mayor (acabo de encontrar otras dos canas en la barba) o la autora ha logrado evitar la tentación de ocultar sus miserias. Ojalá, pensamos la autora y yo, esta última sea la explicación.

Pensaba escribir una lista de algunas costumbre chinas que aparecen en el libro o frases de los personajes que descifran el pensamiento de esa sociedad, pero mejor os las ahorro, a no ser que me déis la tabarra o la murga (palabras de mi madre) para que os las cuente. Os dejo, eso sí, este detalle: “la abuela rezaba constantemente a Buda para que le permitiera reencarnarse en un perro o en un gato. Cualquier cosa antes que volver a reencarnarse en una mujer”.

sábado, 12 de febrero de 2011

¡¡Récord!!

Hoy la crónica es mucho menos dramática que la de la carrera de diciembre. Esta vez no ha habido vencedores ni vencidos, sólo disfrute. He cumplido mi objetivo, batir mi récord en 10 kilómetros. Tiempo total: 46 minutos y 20 segundos (1 minuto y 10 segundos por debajo de mi mejor marca).

Amaneció bastante fresquito. Después de un desayuno ligero, pan, café y plátano, me fui hasta UNIS, el colegio desde el que salíamos. Con menos gente de lo habitual, había un ambiente algo más familiar. Esta vez no corría ninguna amiga. Corría aparentemente solo, pero sabía que Carmen estaría animando en dos puntos del recorrido. Además, hoy, con la camiseta del Maratón, sabía que Dani y Carmen corrían conmigo.

Justo antes de dar la salida, comenzó a caer un calabobos azuzado por un viento frío que atoraba las piernas. Al dar la señal de salida, decidí controlarme y no cebarme. Iba con un grupo de unos 10 o 12 corredores. En seguida me di cuenta de que el reloj se había quedado sin señal al entrar en el colegio, así que no tenía ni idea del ritmo al que íbamos. Sólo podía fiarme del tiempo y tratar de intuir el ritmo. El grupo se fue disgregando poco a poco, pero yo seguía controlándome. No quería repetir el error de la última carrera. Pasado el segundo kilómetro llegamos a una zona abierta, en el lago, donde soplaba mucho viento. Me quedé a rebufo de una chica para no desgastarme innecesariamente. En cuanto enfilamos la cuesta a la derecha, la adelanté al tiempo que veía a Carmen en un cruce, justo antes de la cuesta del búnker de la guerra contra los franceses. Un pequeño descanso para respirar y enfilamos el segundo tercio de la carrera, el más complicado. Es el desierto, donde no tienes ni el impulso de la salida, ni el ánimo por estar a punto de llegar. Traté de controlar el ritmo, pensando en apretar en cuanto llegara a la mitad del recorrido. Iba detrás de un chico moreno que respiraba con algo de dificultad. Por comparación, yo me noté bastante fresco. Finalmente, decidí apretar un poco cuando vi que él bajaba el ritmo y me marché. Los siguientes eran un chico de naranja y una chica con una camiseta roja. Debían de estar unos 10 o 15 metros por delante de mí. Poco a poco nos acercábamos de nuevo a la zona donde me esperaba Carmen. Mi plan de carrera era apretar definitivamente en cuanto pasara por allí. Carmen trató de hacerme una foto para que lo yo trataba de posar con cara de tener todo bajo control. Creo que lo único que sale en la foto es mi brazo izquierdo... Ejem. Un pequeño tramo de tierra y ya había cogido al chico y a la chica. Después, en el lateral de Au Co, les adelanté y vi que la gente empezaba a sufrir. Reconocí a otro chico que suele rondar mis tiempos. Cuando llegamos al séptimo kilómetro, también le adelanté. Me notaba con fuerzas, iba a buen ritmo en llano y no sufría (demasiado). Me acordé de Dani, de nuestra carrera de 10km mientras me preguntaba qué viene antes, si el ser consciente de la carrera, el recordar a la gente que te acompaña es lo que te ayuda precisamente a correr mejor o si, por el contrario, son los días buenos, en los que tenemos fuerzas, cuando podemos trascender el sufrimiento y ser conscientes de lo que te rodea.

Sea como sea, al llegar al octavo kilómetro calculé que quedaban delante de mi unos cuatro o cinco corredores del grupo que más o menos iban en mi ritmo. Adelanté al primero después de unos 500 metros, cerca de la tienda de Chula. Seguía con muy buenas sensaciones, tarareando la banda sonora de Gladiator y pensando que Dani y Carmen corrían conmigo. Por un momento llegué a pensar que los 45 minutos eran una posibilidad. Así que volví a apretar, se acercaba el último kilómetro, el que se corre con el corazón. Adelanté a un chico muy alto justo en ese punto. Ya sólo quedaban por delante, a unos 10 o 15 metros, una chica y un chico. Íbamos por Lac Long Quan, y poco a poco me acercaba. Un giro a la izquierda para entrar en Ciputra. Quedaban unos 500 metros. La chica parecía cansada, pero el chico comenzó a acelerar. Por un momento pensé que tendría que conformarme con adelantarla a ella, pero, una vez más, encontré un último depósito del que tirar. Al chico le pasé en la entrada del colegio. Dudé de si sería capaz de mantener el ritmo, pero al llegar a la curva final, me pareció que no venía cerca. Supuse que al adelantarle se habría desanimado. Una recta final para disfrutar. ¡Qué buenas sensaciones!

viernes, 11 de febrero de 2011

El año del gato en Vietnam (del conejo en China)

Hace unos diez días que entramos en el nuevo año lunar. El Tet, literalmente el día del año nuevo lunar, es por extensión, el nombre de la principal festividad china y vietnamita. Se terminó el año del tigre, siempre años complicados, y entramos en el año del gato, habitualmente más propicios. Esto es lo que me espera a mí (serpiente de fuego, como todos los nacidos en 1977) según el horóscopo chino este 2011: "Fire Snakes should avoid simple meaningless decisions. On the contrary, they should go ahead, in defiance of circumstances facing them. In this case, the Snake in 2011 can significantly strengthen his position". Ya os contaré si acierta (aquí podéis buscar vuestra predicción).

En la foto podéis encontrar algunos de los platos tradicionales de estas fechas: pasteles de arroz y carne desmenuzada envueltos en hojas de plátano (curiosamente equivalentes a los nacatamales nicaragüenses, pero de arroz en lugar de maíz), pollo cocido, cacahuetes, limas, manzanas, pasteles dulces de arroz...

Y los españoles aprovechamos una nueva oportunidad para repetir los mismos propósitos del año que hicimos en diciembre y posiblemente a principios de curso, allá por septiembre. Son las ventajas de empezar hasta tres veces. En septiembre de 2011 repetiremos los mismos imposibles de todos los años...