Una vez tomada la decisión, el siguiente paso era hablar con la dueña, claramente la que corta el bacalao en la pareja. Los encuentros previos presagiaban que no sería nada fácil que llegáramos a un acuerdo amigable en temas de dinero. Como no habla ni papa de inglés, le pedimos al chico de la inmobiliaria que nos ayudara a negociar con ella. Un día después teníamos la respuesta: "sin problema, nos devolvía el depósito y si nos íbamos antes nos devolvería el mes que ya habíamos pagado". ¿Cómo?. No puede ser. ¿Habremos tenido otro de los problemas habituales de comunicación?. Para evitar malentendidos quedamos en vernos y llegar al acuerdo final.
Para tomar las cosas con calma y darle más tiempo para alquilarlo le ofrecí poner término al contrato no en 10 sino en 15 días. No puede ser me respondió, tenía que ser en 9 días. En estos momentos ya estaba perdida del todo. Sonrió ante mi cara de sorpresa y mirando a nuestro intermediario le pidió que me explicara la razón: "Disculpa Carmen, debe ser el próximo Domingo, su adivino les ha dicho que deben trasladarse a esta casa el 17 de Abril".
Un hurra por el adivino aliado!.
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