El bar estaba lleno y presidido por la omnipresente bandera.
Todos animaban. Las chicas...
y unos chicos muy serios (¿serán espías o estarían molestos por mis fotos?).
Sólo había alguno que parecía algo despistado, metiéndose para el cuerpo un lao, un plato parecido a un cocido: echas todo lo que tengas a mano a la olla y cuando está calentito, pa' dentro.
Y, de repente, el desastre. Minuto 85 de partido y gol en propia puerta de Viet Nam. Nuestro gozo en un pozo. Todos los del bar nos echábamos las manos a la cabeza... ¡Cómo pueden haberse metido ese gol tan tonto!
Excepto uno, que seguía a lo suyo sin preocuparse por la derrota. Después de todo, ¡el fútbol es sólo un juego!
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
entonces al final perdieron?? q nos dejas aqui con intringa... a ver si voy a tener q buscar el resultado por "la Google q todo lo sabe"...
ResponderEliminar